Ya hemos hablado varias veces sobre los problemas que surgen por no tener una visión compartida. Estos problemas no siempre surgen por necedad de algunos miembros de la familia, la mayoría de las veces surgen por necesidades reales que no han sido conciliadas.
Veamos dos ejemplos de familias que recientemente hemos atendido, estos son casos en los que la generación actual ha heredado la empresa, y ahora se enfrenta al dilema de disfrutar lo que heredaron, o pensar en lo que van a transferir a la siguiente generación.
Curiosamente los dos casos que les voy a platicar tienen que ver con hijas que tuvieron padres machistas. Pero ese es otro tema, muy interesante, que trataremos en otro video.
El primer caso se trata de una señora que heredó el patrimonio de su padre, hija única, educada para no trabajar en la empresa, con alta prioridad en el valor de austeridad. Tiene cuatro hijos, muy brillantes todos y exitosos en su profesión, pero sin un capital propio para iniciar proyectos empresariales. Sus hijos la presionan para que los apoye en sus iniciativas emprendedoras, prometiéndole que tendrá un rendimiento importante al largo plazo. Si bien ella podría continuar con una vida cómoda, tendría que continuar siendo austera, lo que le impediría hacer cosas que a ella le gustaría disfrutar.
¿Qué debo hacer? Pregunta. Si accedo a lo que me piden mis hijos, no podré contar con capital en los próximos 10 años. En 10 años tendré 70 años y no sé cómo estaré de salud. No sé si estaré en condición de hacer las cosas que quiero hacer. Para complicar más las cosas, algunos de los hijos le reclama: te estás acabando “nuestro” patrimonio.
El otro caso que presenta este mismo dilema es entre hermanos. 2 mujeres y 4 hombres, ellos heredaron de su padre la propiedad de sus negocios en partes iguales. Las mujeres nunca participaron en la empresa por las mismas circunstancias del caso anterior. Lo particular de este grupo de hermanos es la diferencia de edades que existe entre ellos, esta diferencia de edad ha resultado en que los hijos de las mujeres sean mayores, ya en edad de universidad, y los hijos de los hombres sean mucho más jóvenes.
Las diferencias de edades vienen acompañadas con diferencias importantes en las necesidades de dinero de los hermanos. Las mujeres requieren mucho más dinero pues sus hijos están en la universidad. Los planes de crecimiento de la empresa requieren reinvertir la mayor parte de las utilidades, a lo que los hermanos menores están dispuestos dadas sus circunstancias, pero las hermanas, también por sus circunstancias, demandan que se repartan más dividendos
Nuevamente ¿Qué hacer? Ya sabemos que el problema es que las visiones de los dos grupos no coinciden. Unos vean al corto plazo, los otros ven al largo plazo, pero lo que tenemos que determinar es ¿cómo resolver esto? si no se logra hacer de alguna manera, el futuro de los negocios de ambas familias está en peligro. Pero tal vez más importante, es la unidad de la familia la que podría quebrantarse.
¿Qué opina usted? ¿Qué deberían hacer estas dos familias? Llámenos, díganos qué es lo que piensa. Si usted está en esta circunstancias, llámenos, le podemos ayudar a resolver este dilema.