Entre las causas de la destrucción de las empresas familiares se encuentra la acumulación de ciertas creencias falsas que se viven en la relación de la familia con su empresa. Entre más intensas son esas creencias y entre más se tarde en eliminarlas, más afectados se verán la unidad familiar y el desarrollo de la empresa. Presentamos aquí 5 de esas creencias y posibles acciones para remediarlas.

1. La familia y la empresa deben proveerme de lo que necesito

Algunos hijos basan su estrategia de vida en lo que reciben de su familia y de la empresa o en la herencia que recibirán en el futuro a la muerte de sus padres, esperando y en ocasiones hasta exigiendo que se les provea de un “set básico” de beneficios. Se han vuelto dependientes y no luchan por lograr por sí mismos algo en sus vidas, lo que disminuye las posibilidades de continuidad de la empresa en la siguiente generación.

Juan, de 45 años, le recriminaba a su padre fundador de la empresa: A mi edad tú ya tenías muchas cosas y yo no, deberías ya de darme mi herencia para tener igual que lo que tú tenías a mi edad.
Alberto, de 35 años, comentaba: mi padre debe entender que con lo que me da no me alcanza para vivir.
Alicia, con su discapacidad motora, se ha abierto camino por si misma y es ahora una exitosa arquitecta que no depende de la empresa de su familia.

2. Lo que le doy a un hijo igual se lo tengo que dar a todos los demás

Muchos padres de familia empresaria se angustian porque piensan que como todos sus hijos son iguales para ellos, les deben dar todo en forma igualitaria, sacrificando en ocasiones la integridad de los recursos de la empresa. Igualmente existen hijos que tienen esta creencia y reclaman a sus padres.

Sara reclamaba a su padre que si le había dado a su hermana mayor los recursos para comprar una casa ahora tenía la obligación de ayudarla también a ella.
Juan, de 65 años de edad, le ha subido el sueldo a uno de sus hijos y está temeroso de que sus hermanos se puedan enterar y reclamarle que les pague igual.

Nada está más lejos de la realidad que pensar que los padres tienen la obligación de dar a todos los hijos por igual. Lo que los padres les dan debe ser considerado como un acto de generosidad y no como un acto de justicia. De hecho, los padres están en un gran riesgo de ocasionar un grave daño a sus hijos si siguen la política de darles a todos por igual. Cada padre debe reconocer en sus hijos sus cualidades y defectos, y con base en ello diseñar las estrategia individuales que seguirán para apoyarlos. Entre las estrategias a considerar debería estar el dejar que intenten ganarse la vida por su cuenta, lo que a algunos hijos les vendrá bien para reforzar su autoestima y para desarrollar su habilidad de valerse por sí mismos. Los hijos sólo tienen la opción de agradecer lo que por generosidad de los padres reciben, e igualmente agradecerles que ayuden a sus hermanos, aunque, ante sus ojos, les den más a ellos.

3. Tengo que trabajar en la empresa para asegurarme de que todo esté bien ahí

Existe confusión entre los miembros de la familia sobre los roles que se pueden desempeñar en la empresa y de los beneficios asociados con ellos. Como recurso para estar enterado de lo que sucede en la empresa o para obtener beneficios que sólo quienes trabajan en la empresa reciben, se busca el trabajar en la empresa, en muchas ocasiones aun cuando no se tenga el perfil requerido o aunque no haya un puesto vacante, lo que impide que se maneje profesionalmente la empresa.

María se quejaba de que no recibía ningún beneficio de la empresa de la familia: “Es que sólo los que trabajan en la empresa se benefician, yo quiero trabajar ahí también”.
Sergio reclamaba a sus hermanos: “Quiero que me den un empleo en la empresa para ver qué es lo que se está haciendo ahí”.

Hay muchas maneras en que los miembros de la familia pueden apoyar a la empresa, estando dentro o fuera de ella. Para asegurarse que la empresa está siendo manejada correctamente deberán ponerse en operación los órganos de gobierno necesarios para ello, sin importar el tamaño de la empresa, como un consejo de administración. Con los estos órganos de gobierno operando efectivamente, se asegura que la empresa sea administrada en forma profesional y los miembros de la familia podrán tener la confianza de que ahí las cosas se manejan bien sin necesidad de estar presentes todos los días para cerciorarse de ello. Cuando la empresa es gobernada profesionalmente se tendrán bajo control los beneficios a quienes trabajan en ella y se respetarán los derechos de los accionistas que no tienen un empleo ahí.

4. No tengo que rendir cuentas a mis hermanos, mi papá tampoco lo hacía

Cuando uno de los miembros de la siguiente generación ha sido designado como nuevo líder de la empresa sin establecer claramente sus responsabilidades ante los accionistas, es común que asuman la misma actitud de su padre, quien no tenía que informar a nadie. Esto no sólo no funciona en la nueva generación, también pone en riesgo la empresa ante la inconformidad de los nuevos accionistas.

Lorena y Sofía se quejaban de su hermano quien dirige la empresa de la familia: “No sabemos qué está pasando en el negocio, nuestro hermano no nos dice nada”.
Héctor se quejaba de su hermano mayor, quien está a cargo del negocio familiar: “Cree que es nuestro padre, nos quiere tratar como niños y hace lo que quiere en la empresa”.

Los hermanos que heredan la empresa familiar pasan a una nueva dimensión en su relación. De ser simplemente hermanos, se convierten además en socios. Ellos son ahora los propietarios de la empresa, por lo que los familiares que trabajan en ella deben verlos en esa perspectiva, como los accionistas que son, y por esa razón tienen obligaciones hacia ellos. Los propietarios de la empresa les han encomendado el operar el negocio de su propiedad y les pagan por ello. Al ser empleados y recibir un sueldo, tienen también la obligación de rendir cuentas por lo que hacen. La mejor opción para la familia es crear un consejo de administración en el que estén representados todos los propietarios, quienes como grupo supervisarán y apoyarán a quienes trabajan en la empresa y en donde éstos últimos informarán de su gestión.

5. Si propongo algo la familia debería aceptarlo

En el mundo de los negocios se deben tomar en cuenta diversos puntos de vista para evitar cometer errores costosos que pueden llevar a la empresa a su muerte. Cuando en la empresa familiar se rechaza una idea presentada por un familiar, éste podría pensar que esto sucedió así no porque fuera una mala idea, sino porque quieren perjudicarlo, lo que puede crear conflictos.

5 hermanos analizaron la conveniencia de una inversión. 4 de ellos estaban convencidos de que era un buen negocio. El quinto hermano, molesto, se opuso al proyecto. Finalmente decidieron no seguir adelante para no contrariar al hermano que se oponía.
Juan se molestó al conocer que su propuesta fue rechazada en el consejo de administración formado por sus hermanos: “De qué sirve que les haga propuestas si no las aprueban”.

Para evitar subjetividad en la evaluación de propuestas, la familia deberá contar con cuatro aspectos fundamentales: a) Las instancias en las que se puedan tomar en forma independiente decisiones de familia, de empresa o patrimoniales, b) Claridad en cuanto a los asuntos que se permite tratar en cada una de ellas, c) Los criterios de referencia que se utilizarán para tomar una decisión, y d) Definición de cuántos votos se requieren para aprobar una propuesta. Quienes toman parte en una votación deberán estar conscientes de que se hará lo que la mayoría elija, y que quienes votan en contra tienen la obligación de aceptar la resolución y apoyarla como si fuera propia. No se vale decir: “Yo no hago nada al respecto porque yo no voté para que se hiciera así”. Considere el caso de los 5 hermanos presentado arriba, si antes de la votación se tenía un hermano inconforme, el no aprobar el proyecto porque uno solo no lo quería, ha dejado ahora 4 hermanos inconformes.

Reflexión final

Hemos presentado sólo cinco ejemplos de creencias que ocasionan la destrucción de la empresa familiar, pero existen muchas otras. Los miembros de la familia que tienen estas creencias poco a poco las van arraigando más, empeorando las cosas. Si en su empresa familiar sufren de algunas de ellas, es tiempo de hacer un cambio para que todos puedan jalar para el mismo lado. Si no las padecen todavía, es mejor poner las bases para que no surjan en el futuro.
¿Desea erradicar esas creencias que pueden destruir la unión familiar y matar su empresa? En el Family Business Institute de Mexico le podemos apoyar a desarrollar las estrategias necesarias para lograrlo y asegurar así la continuidad de su empresa y la unión y compromiso de los miembros de su familia. Llámenos.